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Diário Clarín - Viernes 02, Enero 2009 - Argentina

Posted by kotonette 08:09, under | No comments

Hay una frase hecha a la que se recurre para explicar ciertas cosas que ocurren en el mundo globalizado: El aleteo de una mariposa en Beijing puede provocar un terremoto en Nueva York. Con una imagen similar, puede decirse que la amenaza de un atentado terrorista en Mauritania ocurrida hace un año alteró las leyes de la geografía y trasladó a Sudamérica al Dakar,



una carrera tan arraigada al suelo africano como la ciudad que le da nombre. Por eso, desde mañana, durante dos semanas, casi mil competidores -entre pilotos y copilotos- se lanzarán a desandar diez mil kilómetros entre Argentina y Chile en quince días montados sobre autos, motos, camiones y hasta cuatriciclos.

Pasaron treinta años y una semana desde el 26 de diciembre de 1978, el día en que Thierry Sabine dio largada desde la Plaza del Trocadero, con la Torre Eiffel a la vista del otro lado del Sena, a la primera París-Dakar. Cuenta la historia -o la leyenda- oficial, que la idea se le ocurrió a Sabine en 1977, cuando se perdió con su moto en un desierto de Libia durante una carrera entre Abidjan y Niza y debió esperar varias horas hasta ser rescatado. Los paisajes del desierto lo arrebataron, y se prometió organizar una carrera para que otros los conocieran.

Fueron 170 los autos y motos que se lanzaron a aquella primera París-Dakar que atravesó Argelia, Níger, Malí, Alto Volta (no se llamaba aún Burkina Faso) y finalizó en la capital de Senegal.


Año tras año el número de inscriptos siguió creciendo y la prueba adquirió una categoría casi de mito, y sobrevivió incluso al propio Sabine, quien en 1986 falleció junto a otras cuatro personas en un accidente de helicóptero. Al mismo tiempo, los accidentes y las muertes -más de medio centenar de víctimas fatales desde la primera edición, entre ellos catorce adultos y niños africanos que no tenían que ver con la carrera- levantaban fundadas críticas de organizaciones humanitarias.

En 1991 el piloto de camión Charles Cabanne fue asesinado de un disparo en Malí por uniformados, y desde entonces varias veces la prueba estuvo en peligro debido a las amenazas terroristas. Hasta que, finalmente, la organizadora ASO canceló la prueba en 2008 y la mudó de continente.

Los autos y motos que arrancarán mañana la 30º edición del Dakar, la primera fuera de Africa, se parecen poco a los de hace treinta años. Son más robustos, tienen GPS, balizas satelitales para que los helicópteros sanitarios los ubiquen en caso de emergencia. Los equipos oficiales, además, cuentan con numerosos mecánicos, camiones de apoyo, repuestos de sobra, masajistas para sus pilotos... El Dakar mismo, en cuanto a su organización, la logística y el dinero que mueve, más puede compararse con la Fórmula 1 que con una loca carrera para aventureros.

Sin embargo, como los pioneros de hace tres décadas, como aquellos corredores de TC que en 1948 se lanzaron a la Buenos Aires-Caracas, la mayoría de los pilotos y motociclistas que largarán la Buenos Aires-Buenos Aires -así podría llamarse este Dakar- no sueñan con copas ni con podios. Los tientan las dificultades que tendrán que atravesar, el desafío del desierto de Atacama, el cruce de Los Andes a 4.800 metros por el Paso San Franciso, en La Rioja. Ese inexplicable espíritu Dakar que atraviesa años y geografías.

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Complemento Clarín:
Si + Autos + Buena Vida + Todo verano + R 02-01-09

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