terça-feira, dezembro 23

Diário Clarín - martes 23, diciembre 2008 - Argentina

Posted by kotonette 09:09, under | No comments

Cristina y Cobos asistieron a la misa por el Beagle pero ni se cruzaron
En dos momentos se cruzaron a dos metros de distancia, pero no se saludaron. La Iglesia llamó a "dejar de lado" las diferencias y pidió un "reencuentro".



La Basílica de Luján debió haber sido ayer sólo el escenario de una celebración: la de los 30 años de la mediación papal que evitó el conflicto armado con Chile. Pero fue también el de una guerra fría que se libra estos días en la cúspide del poder: la del Gobierno contra el vicepresidente.

No hubo saludo. Ni un gesto. Ni una mirada entre Cristina Kirchner y Julio Cobos, que volvieron a cruzarse 145 días después de aquel tenso encuentro en la Casa Rosada en el que sólo hubieron reproches y explicaciones vanas por el fracaso de las retenciones móviles en el Congreso. Nunca más hablaron.

Ayer, cuando entró y salió del templo, la Presidenta pasó a dos metros de su vice. Pero miró para otro lado. Lo mató con la indiferencia, que no será pecado capital, pero es condenada por la Iglesia.

Cobos había llegado temprano. Atravesó entre aplausos la nave central de la Basílica y se ubicó en primera fila. Conversó largo con el gobernador de Corrientes, Arturo Colombi, un radical K distanciado del kirchnerismo, y luego con el rabino Sergio Bergman.

Al rato, se sentaron al lado del Vice el presidente provisional del Senado, José Pampuro, y el presidente de Diputados, Eduardo Fellner. Incómodos, sin sonrisas, fueron los encargados de mantener la relación protocolar y los únicos miembros del Gobierno que mantuvieron diálogo con el Vice.

Según pudo saber Clarín, en sus conversaciones Cobos comentó su preocupación por el recrudecimiento del malestar en el campo. Dijo tener información de primera mano sobre un regreso inminente a los cortes de ruta. Y habló sobre su decisión de avanzar en el armado de su propia fuerza para enfrentar al kirchnerismo en 2009. Y sobre los fructíferos diálogos que mantiene con Felipe Solá.

La primera fila se completó con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, la intendenta de Luján, Graciela Rosso, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y el embajador chileno, Luis Maira. Todos saludaron a Cobos fríamente. El resto del Gabinete nacional, que se ubicó detrás, ni siquiera eso.

La Presidenta se ubicó unos ocho metros más adelante, donde se colocó un banco de pana roja y un reclinatorio especial para ella.

Agitó varias veces un abanico negro y le alcanzaron varios vasos de agua para mitigar el calor. Nunca miró a su espalda, donde Cobos siguió la misa al detalle. Fue el único de la platea de funcionarios que acompañó los salmos y canciones de la hora de misa con la lectura del folleto especialmente preparado para la ocasión.

La homilía del titular de la Pastoral Social, Jorge Casaretto, estuvo repleta de referencias al conflicto con Chile que era imposible no trasladarlas a la actual coyuntura. Así, habló de que en aquellos días de 1978 se logró "superar el error de enfrentar y dividir" y "encontrar matices para ablandar las posiciones rígidas". Hacia el final, la comparación se hizo explícita: "El cardenal Samoré se pudo convertir en una gran luz gracias al trabajoso camino del diálogo y la búsqueda de acuerdos y consensos. Esa luz tiene mucha capacidad de iluminar nuestro actual camino", dijo.

Y culminó con un llamado: "Los argentinos necesitamos encontrarnos más, privilegiar el bien común por sobre los intereses personales y grupales. Dialogar más y tratar de lograr acuerdos sociales más sólidos."

Cristina se saludó con el presidente de la Conferencia Episcopal, Jorge Bergoglio, y salió a la plaza, donde habló ante unas mil personas. Recordó sus vivencias personales de hace tres décadas, cuando tuvo que abandonar Río Gallegos ante la guerra inminente, aseguró que aquella refriega con los chilenos "no fue entre los pueblos" sino "entre dos dictaduras", y subrayó que "combatir la pobreza y luchar por la equidad y la inclusión es construir la paz, y hacerlo en democracia es el reaseguro eterno".

Cobos, que había sido movilizado al Beagle como reservista en aquel tiempo, se quedó ayer saludando cerca del altar. Uno de los que se le acercó fue el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati. Y después se retiró por un costado. Cuando se le preguntó si la misa podría haber servido para un acercamiento con la Presidenta, simplemente contestó: "Hubiera sido un lindo gesto."

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