"No soy de cambiar los arqueros en medio del partido, aunque a Javier (García) tal vez debería haberlo cambiado antes". "Lo felicité a Cagna porque Tigre también se merecía el título. Igual, creo que Boca fue un justo campeón". "Pensar que hoy podría estar en Ucrania: el día que me nombraron DT de Boca, tenía una reunión con el Dínamo de Kiev"En este cierre de 2008, ni Verón ni Bianchi: el Pelado más famoso del fin de año se llama Carlos Ischia. El nuevo título de Boca lo catapultó a una fama tan inesperada como merecida. Falta que su cara aparezca estampada en alguna remera, a lo Maradona, a lo Che Guevara... Todos hablan de él y su continuidad o no en Boca es casi un tema nacional. Nadie lo desconoce y muchos lo reconocen. Salvo una de sus hijas, Nina, cuando la cruzan por radio en medio de los festejos, antes de llegar al vestuario.
Hola, Gogó...
¿Quién habla...?
¿Cómo quién habla? Tu papá, el campeón...
Lo dice Ischia, el papá campeón, y no suena nada soberbio. Suena a felicidad absoluta. La misma felicidad que viaja con el plantel en micro, ese micro que salió desde la cancha de Racing (allí donde Boca perdió ante Tigre pero ganó el Apertura) hacia el hotel Intercontinental para hacer el primer y austero festejo por el título.
Fue en ese mismo micro donde los jugadores, aprovechando la chochera de Ischia, le sacaron dos días más de vacaciones: en vez del 10 de enero, el Boca campeón regresará el 12... Ya en la cena en el hotel, Juan Román Riquelme lo chicaneó al DT sabiendo que seguirá siendo su técnico. La respuesta del DT fue un abrazo, muy pero muy parecido a una respuesta del tipo "claro que seguimos..."
En la cancha, en el micro, en el hotel y en la vida misma de este fin de 2008, hay tres verdades instaladas. Que Ischia seguirá siendo el entrenador de Boca. Que Ischia tiene un reconocimiento que antes no tenía. Que Ischia está feliz.
* La reelección de Ischia...
"Los dirigentes saben que mi prioridad es Boca. Ahora que ganamos el título, nos sentaremos a charlar con el presidente", dice un Ischia que supo estar en la cuerda floja. Pero si aún antes de este título ya se daba por hecho que seguiría, ahora la renovación es más que obvia. Eso sí, se esfuerza por no largar el "sí, acepto". Hasta que se sincera: "La verdad, no hay ninguna razón para no seguir en Boca. O porque el club no debiera renovarme el contrato".
Y sonríe como los que saben que seguirán estando en el cargo que más desean, más allá de la charla que tendrá en estas horas con el presidente Ameal y de la reunión de Comisión Directiva del lunes, donde todos votarán por la reelección. "Mi continuidad no tiene que ver con un tema de plata", agrega.
* Todos los elogios para Ischia...
Notable futbolista, recogió aplausos en Chacarita, Vélez, Junior y América de Cali. Como ayudante de Carlos Bianchi, ganó seis títulos en Vélez y otros seis en Boca. Y al mando de este mismo grupo, ya sin la sombra del Virrey, ganó con Boca la Recopa. Pero fue este campeonato, el Apertura 08, el que le dio la chapa de Gran DT.
Porque el vestuario estuvo a punto de incendiársele un par de veces con un Riquelme contra el resto, porque sus jugadores no tomaban juntos del mismo mate y porque se fueron cayendo soldados clave como Palermo, Palacio, Paletta y, por otros motivos, Caranta. Pese a todo, no soltó el volante y ahora todos se sacan el sombrero:
"Siento que ahora se me reconoce mi trabajo. Conozco hinchas de otros equipos que se han hecho hinchas míos", dispara, con naturalidad y sin aparente autobombo. ¿Las razones de estas Noches Buenas y esta dulce Navidad? "El título de este Boca es más que merecido. Los demás equipos no tuvieron ni la mitad de los inconvenientes que tuvimos nosotros. Sin embargo, superamos todos esos problemas y nos enfocamos en los objetivos, que eran la Recopa y el Apertura. Por suerte, y por los jugadores que tenemos, ganamos los dos".
* La felicidad de Ischia...
Para hacer la foto del campeón, Clarín le pide a este hombre de 52 años que se ponga al lado de un arbolito de Navidad que, de arbolito, no tiene nada: mide casi dos Ischias juntos... Y eso que este Ischia está agrandado, en el buen sentido de la palabra. Hay copas de champán, la compañía inseparable de su pareja, Marien, y muchas banderas de Boca. Hay besos y brindis, claro... No hace falta ser demasiado perpicaz para darse cuenta que la felicidad de este hombre no cabe ni en la inmensa Bombonera.
Supo cómo armar y rearmar este Boca campeón; lo que no sabe es por donde empezar los agradecimientos. Se acuerda del fallecido presidente Pedro Pompilio. "Por él estoy aquí...", dice. Y, al lado del inmenso pino, se le empiezan a caer de su boca nombres de familiares que integran su árbol genealógico. Sus hijos Nina, Junior, Luciana y Leticia. Su nieto Ramiro y su nietita Alma, que anuncia su llegada para 2009. Casi moquea cuando habla de sus padres, que acompañan el chin-chin desde el cielo.
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Complemento Clarín:
Si + Autos + Verano
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